domingo, 24 de junio de 2012

Africa


Reseña:  

“Entre el río en el suave paisaje inglés y los montes africanos, corre el sendero de su vida; es uan ilsuión óptica que parezca torcerse y desviarse, lo que le rodeaba es lo que se desvía”.  (Ibd. Isak Dinesen).-
Recién casada, una joven danesa, hija y hermana de militares, aristócrata y refinada, viajó a Africa, a Kenia, donde permaneció durante diecisiete años. Y esa experiencia dio lugar a una novela que es una encendida declaración de amor a unos paisajes, a unas gentes y a unas culturas que se situaban en el polo opuesto de lo que había sido su pasado familiar y social. Ela mor de la protagonsita pro un aventurero demócrata inglés, Denys Finch- Hatton, el contacto diario con los nativos y su fascinación por el entorno que la rodea hacen de África su nuevo hogar. En este relato se basa la película del mismo nombre, también traducida en algunos países  como África Mía que dirigida por Sidney Pollack,  fue galardonada con ocho Premios Oscars en 1985.
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Opinión Aquileana:

Un libro recomendable. Retazos fragmentarios, paisajes, impresiones y visiones de un nuevo universo que se abre ante los ojos de la protagonista. Dicho de otro modo: Una bitácora de un choque cultural de gran impacto subjetivo. Muy buena esta novela de Dinesen.-
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Fragmentos,  Impresiones y Visiones de “Memorias de África”:

“Aquí, en las tierras altas, cuando han pasado las grandes lluvias y en la primera semana de junio comienza a enfriar, aparecen las luciérnagas en los bosques. Una tarde veías dos o tres, audaces estrellas solitarias que flotaban en el aire claro, subiendo y bajando como si montasen sobre una ola o hicieran reverencias. Siguiendo el ritmo de su vuelo sus diminutas lámparas se encendían o se apagaban. Podías coger un insecto y resplandecía en la palma de tu mano; producía una curiosa luz, un misterioso mensaje que convertía la carne verde pálido en un pequeño halo a su alrededor. A la noche había centenares y centenares en los bosques”.
 ”A mediodía el aire estaba vivo sobre la tierra, como una llama; centelleaba, se ondulaba y brillaba como agua fluyendo, reflejaba y duplicaba todos los objetos, creando una gran Fata Morgana. Allí arriba respirabas a gusto y absorbías seguridad vital y ligereza de corazón. En las tierras altas te despertabas por la mañana y pensabas: ‘Estoy donde debo estar’ ”.
“La situación geográfica y la altitud se combinaban para formar un paisaje único en el mundo. No era excesivo, ni opulento; era el África destilada a seis mil pies de altura, como la intensa y refinada esencia de un continente… Las panorámicas eran inmensamente vacías. Todo lo que se veía estaba hecho para la grandeza y la libertad, y poseía una riqueza inigualable”.
“El orgullo es la fe en la idea que  Dios tuvo cuando nos creó. Un hombre orgulloso es consecuente con esta idea y aspira a realizarla. Su realización es la idea de Dios, plenamente lograda. La gente que no tiene orgullo no es consciente de que Dios haya tenido una idea al crearla. Acepta como realización lo que otros ordenan que lo sea”.
“La gente que vive en las ciudades vive triste y esclavizada porque en todos los movimientos sólo conoce una dimensión; sigue una línea… La transición desde la línea  hasta el plano en dos dimensiones es espléndida , es una liberación, como la Revolución Francesa”… 
“En algunos aspectos, los hombres blancos ocupan en la mente de los nativos el lugar que, en la mente de los hombres blancos, ocupa la idea de Dios”.
“El nativo no pierde tiempo en pensamientos sopesando culpas o castigos; quizás piense que esto puede llevarle demasiado lejos o razone que esas cosas no le conciernen”…
“Los nativos pocas veces exageran un efecto… Carecen del sentido o del gusto del contraste, el cordón umbilical de la Naturaleza no ha sido cortado en ellos del todo”.
“Cuando llegó el día de marcharse aprendí la extraña lección de que ocurren las cosas cuando te es imposible imaginar, sea de antemano, o en el momento en que se producen o después al recordarlas. Las circunstancias pueden tener una fuerza motriz que genera acontecimientos sin ayuda de la mente o de la percepción humana. Las cosas te ocurren y tú lo sabes, pero salvo eso no tienes ninguna relación con ellas, no conoces la clave de su causa o su significado”.
“La noble ondulación de la montaña se alzaba sobre la tierra llana, toda azulada como el aire. Pero estaba tan lejos que los cuatro picos parecían insignificantes, apenas distinguibles y muy diferentes a como se les veía desde la granja. La silueta de la montaña fue borrada y nivelada lentamente por la mano de la distancia”.
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